Dona Graça, el hotel-apartamento perfecto está en Lisboa

Pasamos dos noches visitando la capital de Portugal y durmiendo en el Dona Graça, uno de los mejores hoteles-apartamentos de Lisboa

Pilar en el rinconcito más acogedor de nuestra habitación

‘Como en casa’ sería nuestro resumen tras alojarnos en Dona Graça Apartments. Un edificio reformado del siglo XIX que está en el barrio de Graça, rodeado de casas y comercios locales. Un barrio tranquilo para estar en el centro, situado en la parte superior de una de las colinas (típicas) que forman la ciudad, y próximo a dos de los mejores miradores de la ciudad. Posiblemente nuestro favorito fue el de Senhora do Monte pero desde ambos Lisboa te enamora a su atardecer.

Conocimos Dona Graça Apartments por un gran compañero (y mejor persona) que trabaja en Mindshare Lisboa, Ricardo Nunes. En cuanto le comenté que visitaría Lisboa en seguida me chivó que este sitio tan acogedor estaba a punto de abrir sus puertas y que sería uno de esos hoteles especiales que nos gusta reseñar. ¡Todo un acierto! Entre muchos motivos porque fuimos los primeros huéspedes (¡cuántas veces en la historia de un viajero sucede eso!) y pudimos disfrutar del hotel-apartamento para nosotros solos.

Dona Graça Lisboa

Es chocante ver lo mucho que nos quieren los portugueses como vecinos en la península. Como vecinos de Portugal le hemos prestado poca atención. Para un puente o unos días libres como los de Semana Santa es un destino perfecto. Y Lisboa una ciudad más próxima a los españoles de lo que posiblemente nos imaginemos.

El Dona Graça es la casa que querrías tener en Lisboa

Por fuera una casa (casi diría yo, Casona) y por dentro ocho alojamientos que se distribuyen entre estudios y apartamentos en un edificio reformado del siglo XIX. A los cuales se accede a través de una escalera central con mucha luz gracias a una claraboya superior. Espacios más amplios o algo más comedidos dependiendo de cuántos huéspedes sean pero, según nos comentaron Antonio, Rui y Hugo (los propietarios), todos cuentan con zona de cocina, balcón, zona de estar con televisión, baño privado y aire acondicionado. Por cierto, para despejar dudas, por supuesto cuentan con conexión a Internet y parking. Esto último es de agradecer si viajas en coche porque en toda la ciudad el aparcamiento es de pago y, si no dejas ticket, la multa es de aúpa.

Aprovechando que fuimos los primeros en alojarnos en Dona Graça, pudimos hacer un pequeño tour por todas las estancias. Y una de las cosas que más nos gustó fue que respetaban y aprovechaban los espacios de la distribución del edificio original, sobre todo si servían para darle carácter a la habitación.

Por ejemplo, en nuestro apartamento mantuvieron el espacio donde iba la chimenea para crear un rincón de lectura y relajación, con cojines y libros de la historia y cultura portuguesa. O el de la planta baja en el que conservaron el armario original empotrado en la pared. Hay decenas de detalles así por todo el hotel. Cada habitación es algo distinta y está diseñada para ser un espacio muy acojedor.

 

Dona Graça habitaciones

¿Y las vistas? Como se trata de un barrio residencial las casas no son muy altas (dos o tres alturas). De hecho, desde las habitaciones de la última planta es fácil ver el Tajo. El apartamento en el que nos alojamos tenía vistas a la parte de atrás donde hay un precioso jardín con césped, naranjos y una piscina. Cuando estuvimos no la pudimos ver llena porque el tiempo no acompañaba pero hemos cotilleado en alguna foto del establecimiento y es una pre-cio-si-dad. El espejo de Dona Graça Apartments, por el reflejo que da. Todas las habitaciones tienen un balcón al que asomarse y un gran ventanal con el que despertarse con la salida del sol.

Twice Dona Graça.

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Todo lo que necesitas de un hotel con toque portugués

A primera vista la decoración parece sacada del catálogo de Ikea y todo lo contrario. Cada rincón respira arraigo a la ciudad de Lisboa y a Portugal. La estructura de madera de la cama y mesa están diseñados por Rui Gouveia Vinagre, importante arquitecto portugués. Las superficies de la cocina y mesa están realizadas con piedra Lioz, un material que al parecer se extrae de Sintra y se utiliza mucho en Portugal – de hecho se encuentra en edificios turísticos muy importantes como el Mosteiro do Jeronimos o la Torre de Belém-.

El apartamento tenía cafetera, vitro por inducción y una vajilla básica para manejarnos esos días. Me llamó la atención las copas dipicos que resultan ser clásicas de la cristalería portuguesa y las sillas bacalao. Hay elementos decorativos como la ensaladera con forma de Berenjena – ¡qué jamás olvidaré!realizada por Bordallo Pinheiro, una figura importante de la cultura portuguesa del siglo XIX –  siempre ligado a la cerámica artística-.

O la manta de la cama que recuerda al diseño de la calzada portuguesa fue creada por Chi Coraçao, empresa portuguesa que trabaja con máquinas antiguas de fábricas abandonadas y se implica en todo el proceso – desde la recolección y fregado hasta cardado, hilado y teñido-. Y el baño se equipa con jabón y loción corporal de la marca Castelbel, marca de Oporto.

Estos detalles son lo que hace único a un lugar, le dan carácter y sobre todo un vínculo con el lugar en el que se ha creado. Otra forma de descubrir más cercana la cultura del país vecino.

Otra cosa que denota la propuesta diferencial de Dona Graça es el desayuno. El personal del hotel te lo deja en la puerta cada mañana y se adaptan a la hora que quieras. A la hora que pidas dejan una bolsa de tela con zumo de naranja recién exprimido, leche fresca y pan o bollería (como los Pasteis do Belém). Además, en la nevera de la cocina hay jamón y queso en tuppers, yogurt natural, membrillo… todo aquello que necesita mejor conservación.

Como plan a desarrollar, porque aún no estaba terminado, es el restaurante que quieren incluir. Un espacio donde tomar algo relajadamente, realizar catas de vino o degustaciones y para el cual han mantenido la estructura abovedada y de piedra de la casa. A la parte más ‘exclusiva‘ se accedía a través de una escalera de caracol. Estoy deseando volver para conocer cómo queda finalmente esta parte del local.

¿Qué hay cerca del Dona Graça?

El hotel está situado en lo alto de la colina que le da nombre y a pocos metros de él están dos de los miradores más populares de Lisboa, el Miradouro da Graça y el Miradouro da Senhora do Monte (o Señora del Monte). Desde ambos, una vista espectacular de la ciudad, el Castillo de San Jorge, el puente 25 de Abril…

Mirador en Lisboa

Mirador en Lisboa con el Castillo de San Jorge a la izquierda.

A nosotros nos gustó mucho la vista especialmente desde el Miradouro da Graça porque es más abierto y también permite callejear para avanzar hacia la  Praça de D. Pedro IV, también conocida como Rossio, y que es uno de los centros neurálgicos del turismo en Lisboa y cerca de allí también está el famoso Elevador de Santa Justa.

Elevador de Santa Justa en Lisboa

Elevador de Santa Justa en Lisboa, muy cerca del Dona Graça

En realidad, llegar del Dona Graça a la Praça de D.Pedro IV  puede hacerse andando en 30 minutos, incluso pasando por el mirador de Graça. Pero ojo porque las cuestas entre calles merman hasta las rodillas de los más jovenzuelos.

Nosotros nos movimos más al centro para conocer tabernas típicas portuguesas pero se puede aprovechar mucho que hay cocina en las habitaciones del hotel porque cerca de él hay todo tipo de tiendas, especialmente en la Rua da Graça donde hay varias así como un supermercado Pingo Doce, también hay panaderías, bares, gasolineras, mercados y tiendas de barrio en la Rua dos Sapadores, a menos de 2 minutos andando.

Cómo llegar al Dona Graça de Lisboa

El hotel está situado en la Rua da Bela Vista à Graça 124 de Lisboa, esta calle es bastante angosta y no hay ningún autobús que pase por ella aunque son varios los que pueden acercarte hasta la Rua dos Sapadores que está a unos minutos a pie.

El tranvía más cercano al hotel es la Línea Verde aunque la subida a la colina de Graça no será cómoda y menos con maleta. Nosotros llegamos en coche y nuestra recomendación más absoluta es que tratéis de hacer lo mismo. Pedir un taxi o un Uber en Lisboa es una gran opción porque las colinas son realmente matadoras y el hotel-apartamento está en lo alto de una.

¿Cómo conocimos el Dona Graça?

Ricardo Nunes no solo nos descubrió esta joya de alojamiento en Lisboa sino un proyecto empresarial maravilloso, con mucha alma portuguesa. Puesto en marcha por grandes profesionales y personas como Antonio Polena, Rui Gouveia Vinagre y Hugo Diogo, y sus familias (a las que mandamos un beso ya brazo) y con quienes disfrutamos de una cena portuguesa y una noche de Fado portugués genial. Y especial mención a la sonriente Adriana Alho quién nos ayudó mucho durante nuestra estancia. Pero este post no puede acabar sin dar las gracias también a Nuno Esteves. The big Nuno! Otro buen compañero de la oficina de Mindshare Portugal que nos enseñó los sitios de fiesta más undergorund en Lisboa.

¡Muchas gracias! Todos y cada uno de ellos nos hicieron sentir desde el primer momento, con el detalle de bienvenida, que Dona Graça era nuestra casa en Lisboa. Y que Lisboa es una ciudad de la que es muy fácil enamorarte.

Dona Graça welcome