Si te dijeran que esta noche dormirás en una base lunar, bajo un manto de estrellas, en una burbuja llena de aire, modernidad y comodidad, ¿te negarías? Y todo ello sin viajes estelares ni ciencia ficción. Sin moverte de La Tierra. Eso fue el (súper) regalo que Carballo recibió por sus 31 otoños. Una única noche en las burbujas del Hotel Aire de Bárdenas. La mañana del 12 de octubre se montó en el coche, sin saber su destino. Aún estando a cinco minutos en coche desde Tudela, en lo alto de una era, casi adentrándose en las Bárdenas Reales seguía sin saber qué hacía allí o por qué se encontraba en el Hotel Aire de Bárdenas.
Recogido y aislado entre cajas de madera, respetan los aires rústicos de la zona y dan forma a la distribución del alojamiento. Perfecto para disfrutar de la máxima privacidad posible, aunque tú no te lo imagines a priori.
En sí todo el hotel es curioso pero entre huecos se van distribuyendo lo realmente característico, las burbujas que hacen de habitaciones. Éstas, en su perímetro exterior, cuentan con una mesita y dos sillas para poder disfrutar de un café y el atardecer frente al paisaje de las Bárdenas Reales. En el edificio central, con grandes ventanales que aportan luminosidad, se encuentra la recepción, el hall y cafetería donde siempre hay revistas, periódicos o libros para sentarte a leer, y el comedor. En uno de los pasillos hay una estantería con lectura variada con un gran ventanal cuadrado con unos cojines mullidos. Imposible no verse tentado a disfrutar de un momento de lectura o relax, mirando el patio de chopos que hay a través de la ventana.
Durante nuestra estancia, coincidimos con un grupo de empleados de una empresa francesa que estaban de ‘teambuilding‘. Al parecer el propio hotel cuenta con sala de reuniones y actividades para empresas. De hecho, la excursión a las Bárdenas Reales en segway lo hicimos con ellas (encantadoras todas ellas, y nos lo pasamos genial entre risas y curiosidades).
Cómo es dormir en una base lunar en Tudela
Alucinante. Nada más llegar, en la recepción, recibimos un kit de supervivencia lunar compuesto por una carta de bienvenida y una explicación del uso de la burbuja. En ese momento el ansia de llegar y entrar en tu base lunar te puede, pero es importante atender a las instrucciones porque de no hacerlo puedes dejarte alguna puerta abierta y que la burbuja comience a deshincharse (como puede que a alguno de nosotros nos pasara). ¡Menos mal que entre las normas no hay referencia a saltos o pruebas de ingravidez como la que hizo Carballo!
Probando cómo va el tema de la gravedad lunar en @airedebardenas 😍 #MomentoCarPi pic.twitter.com/zc864nBirS
— Carballo no (@carballo) 14 de octubre de 2017
La burbuja consiste en un habitáculo con forma esférica de casi 5 metros de diámetro y distribuidos en tres partes: un hall/vestidor que sirve como pasarela de entrada, el dormitorio y baño. Tiene la distribución perfecta para sentirte cómodo y lo más impresionante: la mitad superior de la habitación es transparente. Aunque se puede cubrir si se prefiere evitar la luz del sol a primera hora con una cubierta exterior bajo mi punto de vista, cubrirla es un error. Nadie te puede ver desde otras habitaciones ni en las zonas comunes porque hay separaciones de madera y si te preocupa el sol madrugador dispones de antifaces para dormir mejor. Tampoco se pasa frío ni calor en el interior, para ello cuenta con un acondicionado independiente del sistema de hinchado de toda la burbuja.
Partiendo de la base de que todo está hinchado el hall/vestidor de entrada tiene su proceso ya que se compone de dos puertas con cremallera que nunca jamás deben estar abiertas a la vez: si ambas quedan mal cerradas la burbuja se deshinchará (puede que lo comprobáramos…). Entras al hall, cierras la puerta de entrada, abres la puerta a la habitación y ¡a disfrutar! Una enorme cama te espera con las mejores vistas nocturnas que podrás tener en un hotel. Y al otro lado de la cama está el baño tras su propia puerta/cremallera (esta sí puede quedarse abierta), curiosa es también la ducha porque es una burbuja dentro de la propia burbuja del baño para contener el agua. La verdad es que es todo sorprendentemente cómodo y tranquilo. A nosotros no nos resultó molesto el sistema de hinchado de la habitación porque es un sonido blanco similar al de un ventilador pero igual tú eres más sensible.
Si no te gustan estas moderneces que tanto chiflan a Carballo puedes pasar de las habitaciones “base lunar” y quedarte en otras más clásicas pero igual de cómodas. Hay disponibles varios tipos de habitaciones que van desde unos cubículos similares a las burbujas pero cuadrados y de obra a otras que incluyen hasta un jardín privado con bañeras. Lo dicho, es un sitio perfecto para tomarte un fin de semana de descanso con tu pareja.
El Hotel Aire de Bárdenas bien podría calificarlo como un ‘oasis en medio del desierto‘. La escapada perfecta para alejarse de lo urbano a lo más rural. Frente al hotel, en el horizonte, hay un parque eólico. Los atardeceres frente a esos molinos gigantes merecen mucho la pena. Son las mejores panorámicas para poner el broche final al día que pasamos visitando las Bárdenas Reales de Navarra.
En varios sitios web hablan de lo espectacular de su cocina. Entre otras cosas cuentan con su propio huerto ubicado justo al lado del comedor y de la piscina y seguramente muchos de sus platos estén preparados con verduras y hortalizas recién recolectados. Nosotros no tuvimos ocasión de comprobarlo porque fuimos a Tudela para conocer el pueblo y su gastronomía. Os recomendamos ir de tapeo al “Casa Alberto – De Tapa en Tapa” o al “Rancho Grande“, dos sitios donde comimos muy bien y además cercanos a las zonas de marcha de la ciudad. Por cierto, nos recomendaron encarecidamente probar las alcachofas y vaya que si valen la pena, también nos recomendaron pedir cogollos y menestra pero no estábamos en temporada. Así que ya tenemos excusa para volver…
5 motivos para dormir en el Hotel Aire de Bardenas
Por su estructura y estilo es uno de los alojamientos con más reconocimientos nacionales e internacionales en materia arquitectónica. Al margen de ese motivo puramente racional, voy a apelar a otras motivaciones que tienen que ver más con el momento y la búsqueda de momentos únicos e inolvidables:
- El susurro del viento que corre por la era.
- El sonido de la naturaleza, en paz y aislados, junto al vuelo raso de los pájaros.
- El cielo estrellado, ¿hay mejor forma de conciliar el sueño?
- El atardecer entre los grandes molinos de viento.
- El primer rayo del amanecer.
Y el bonus track, por la atención a los pequeños detalles que el personal pone durante nuestra estancia. Por ejemplo, al emprender la marcha a nuestro siguiente destino nos prepararon un kit de agua y fruta para el camino. Y lo mejor de todo es que te levantas tal que así:
Cómo llegar al Hotel Aire de Bárdenas
Como el Hotel Aire de Bárdenas el está en medio de la nada e incluso un poco camuflado entre su propia decoración a base de cajas de madera gigantescas lo mejor es que vayáis con el GPS puesto o que al menos reviséis bien cómo llegar al Aire de Bárdenas, básicamente hay que ir hasta Tudela por la A-68 y salir por la NA-134 para alcanzar la NA-125 donde veréis un camino de tierra que a pesar de parecer un camino agrícola os llevará hasta el hotel.