Saona lleva más de un año en Valencia y se ha expandido con rapidez. Con una oferta sana y mediterránea arrancó con un establecimiento por la zona de Gran Vía Marqués del Turia, donde lo descubrimos un domingo paseando, para llegar recientemente hasta el corazón de la capital del Turia en la Plaza de la Virgen, pasando por el local que tienen en la Alameda, en la Avenida de las Cortes Valencianas o los que abrieron en Javea. No es un sitio que hayamos visitado una única vez sino que, gracias a sus ubicaciones, hemos ido en varias ocasiones solos o con amigos.
Qué tiene Saona
Desde el cristal de fuera o nada más pasar a su interior, tienes la sensación de trasladarte al verano. A una casa de playa muy cuca en el mediterráneo. Los colores, la decoración, la vajilla, la tranquilidad y armonía, así como la carta, sugieren lo que ofrece: comida sana y mediterránea.
Con independencia del día de la semana, tienen un menú bastante completo y asequible en cuanto a precio. Siempre que hemos ido, ya sea fin de semana o entre diario el menú nos ha sido suficiente. Los platos son abundantes y contundentes, especialmente las ensaladas o cremas, como mis favoritos: ensalada de queso de cabra y crujiente de ibérico o las cremas de temporada que suelen tener. Todos los platos que hemos probado en los Saona de Valencia tenían una pinta estupenda, entraban por los ojos, y todos estaban riquísimos.
- Ensalada de queso de cabra con crujiente de ibérico
- Lasaña a la bolognesa
En Saona las receta son muy simples y por todos conocidas, aunque siempre se añade un toque distinto, a veces oriental. A veces es un ingrediente inesperado, otras la mezcla perfecta de ellos. Las ensaladas son geniales y preparan unas pastas italianas muy buenas. Por supuesto, no faltan los platos más típicos de la gastronomía española o opciones cuasi estándares como las hamburguesas y tampoco recetas más exóticas que incluyen nachos o toques de casi cualquier lugar del mundo. Eso ti, todo muy bien hilado para que no desentone en la carta (y tampoco en tu Instagram). No olvidemos que estamos a orillas del mediterráneo.
La presentación de los platos también dice mucho del sitio y cuando pides algún plato de pasta o su famosa lasaña, en cazuelas pequeñas de cerámica, te ganan. Pero ojo, no hay que olvidarse de dejar espacio al postre porque están de muerte. La tarta de queso casera es muy recomendable pero cuando voy a mi me gusta más el yoghurt griego con mermelada y crocanti de almendras.
- Tarta de queso
- Tarta de tiramisú
La única pega que les pongo es el pan. Es verdad que cada vez más sitio no te ponen pan en la comida, salvo que lo pidas expresamente. Me encanta el pan, en mi casa a la hora de la comida siempre hay pan y cuando hemos ido a comer fuera siempre ponían pan. Supongo que aún me cuesta concebir comer sin él, aún cuando estés pidiendo el menú.
Su concepto ‘Friendly coofee & food‘ me resulta gracioso porque de primeras no es un sitio en el que pensaría para tomar café. No me mal interpretéis. Verdaderamente no sé lo bueno o malo que es el café de Saona porque en las ocasiones en que he estado no lo he pedido. Relaciono mucho más Saona con un sitio para quedar a comer con los amigos un fin de semana, incluso para comer a diario con compañeros de trabajo (ya que está cerca de oficinas), que como cafetería. Aún así, cuando no es hora punta de comidas y cenas allí se debe estar de lujo.
Al inicio, al estar únicamente ubicados en la zona de la Alameda, estaban un tanto limitado a clientes que vivieran cerca o quienes se desplazaran específicamente al lugar. Ahora con su presencia en la Plaza de la Virgen, un lugar de los más céntricos y concurridos por turistas o quienes trabajan en las cercanías, y se llena en seguida. Es más que conveniente reservar. Por cierto, si hace bueno, la terraza es una gran opción porque pese al bullicio que pueda haber en la plaza se está muy a gusto y tampoco es una locura de ruido.
De todas formas Saona no deja de crecer y recientemente descubrimos que a través de la aplicación Glovo puedes realizar un pedido a domicilio.