La Casa Serralves, concebida como residencia privada en sus inicios, fue uno de los descubrimientos de nuestra estancia en Oporto. Encargada por el segundo conde de Vizela (Carlos Alberto Cabral), esta casa y su jardín de alrededor es una joya de estilo Art Decó llegada a considerarse edificio de interés público en Portugal desde 1996.
Breve historia de la Casa Serralves
Antes de diseñar nuestro itinerario nos gusta buscar referencias que avalen lo que vamos a visitar. Buscando información de la Casa Serralves descubrimos que fue una residencia privada en la que Carlos Alberto Cabral y su esposa Blanche Daubin vivieron desde 1944 durante algunos años. Al parecer Carlos Alberto visitó la en 1925 la gran exposición de Artes Decorativas en París y decidió construir en unos terrenos de la familia, a las afueras de Oporto, su nueva residencia en estilo Art Decó. Algo que generó mucha expectación entre la nobleza portuguesa por el contraste con lo que había. Y que artísticamente consiguió reunir a grandes nombres del arte y el diseño de los años 20 del S. XX.
El proyecto arquitectónico lo firmo Charles Siclis y lo ejecutó Marques da Silva (amigo de Carlos y artista portugués que había intervenido en la Estación de Son Bento o el Teatro de San Joao en Oporto). En la estructura, mobiliario y decoración interior participaron artistas como Émile-Jacques Ruhlmann, Alfred Porteneuve, Edgar Brandt…entre otros. Mientras el jardín cayó en manos del arquitecto-paisajista francés Jacques Gréber.
Once años más tarde decidieron vender la propiedad a Delfim Ferreira, un importante empresario textil (y comentan el hombre más rico de Portugal en los años 60), con la condición de que que la propiedad estuviera sujeta a ninguna transformación. Un compromiso que con los años aun es respetado.
El Estado portugués adquirió la propiedad a los herederos de Delfim Ferreira convirtiéndolo en museo de arte moderno. De hecho, en toda la extensión de la Casa Serralves hay como varias ubicaciones clave. El edificio de acceso al museo acoge exposiciones de arte moderno y contemporáneo. Mientras la Casa Serralves mantiene su estructura y distribución original.
Nuestra visita, estancia por estancia
Apodada como la villa rosa de Oporto, principalmente porque la visita se hace entre colores rosa y verde con tonalidades pastel. Es poner un pie allí y trasladarte directamente a la peli el Gran Gatsby. El exterior y el interior, sin muebles, no le quitan un ápice de belleza a la visita. Al parecer todo el mobiliario y decoración fue malvendido por los anteriores propietarios. Pero a través de fotos y referencias que la Fundación Serralves ha dispuesto, consigues hacerte una idea.
Conforme recorres los jardines de la Casa Serralves te vas topando con diversas obras escultóricas reflejo del un carácter más contemporáneo. No en balde esta ubicación es considerada hoy en día el Museo de Arte Moderno de Oporto.
El trazado del jardín y del parque representa un eje que arranca en la puerta frontal de la casa y conduce a un parque geométrico con estanques, fuentes, cascadas y parterres. Bosque y parque salvaje con lagos y caminos es seguramente lo que en la época había. (¡Ah! Durante nuestra visita vimos una zona en obras que al parecer se trata de una especie de casa árbol. Por si está construida y abierta al público cuando vayas).
Según avanzas en el recorrido darás con la granja y huertos que albergan animales y tienen fines educativos. Muy similar a las Granja Escuela que hay en España. Los animales son mansos, por lo que te puedes acercar sin peligro. Hay caballos, burros, vacas… En la zona del huerto hay una arbolada muy chula, pequeñita, pero ideal y preparada por si se quiere hacer un picnic improvisado con bocatas.
En el interior de la Casa Serralves debieron darse multitud de fiestas. Visitamos la planta baja, donde estaba el salón, comedor y despachos, y la primera planta con el baño y dormitorios, pero no pudimos ver la cocina y zona de servicio que en teoría esta en el sótano. ¡Imagínate la de servicio que debía tener esa casa!

El Escritório de la Casa Serralves
El despacho (conocido como el escritório), cálido con revestimiento de madera y luminoso con unos ventanales alucinantes. Ahora el espacio queda ocupado por una máquina que recuerda a esa vinculación de los propietarios con la industria textil de Portugal.

La Sala de Jantar en la Casa Serralves
La Sala de Jantar, lo que nosotros conocemos como el comedor. Un enorme y precioso ventanal que da mucha luz a la estancia y que con las lámparas y espejos da un toque chic a la estancia. Hoy la estancia no la preside una mesa central, sino una colección de jarrones.
En realidad esta zona, con vistas al gran jardín, no es la entrada principal. Esa está en el lado opuesto, de cara a la calle principal del barrio.

La biblioteca de la Casa Serralves
De todas las estancia el acceso a la biblioteca fue uno de nuestros favoritos. Es fácil imaginar al conde y la condesa subir por las escaleras macizas hasta el segundo nivel en la habitación para consultar un libro o disfrutar de una tarde de lectura al lado de las grandes ventanas.

El Cuarto de Baño de la Casa Serralves
El baño con su forma circular y la robustez de los materiales impone. Hay un brutalismo en el lavabo y la bañera que con la grifería y cantidad de espejos que hay en la habitación cada centímetro tiene un gran valor. Todo sin alejarnos de ese rosa pastel y tonos dorados característicos de la época.
La entrada no es barata (20€) pero la visita lo merece. Prácticamente echas la mañana recorriendo las estancias, jardín, bosque… ¡hasta hay animales! Abren las puertas a las 10 am y, sinceramente, recorrer el espacio sin aglomeraciones de gente se agradece. Importante: los lunes cierra.
Para llegar hasta la Casa Serralves nosotros fuimos en coche. Hay zonas de aparcamiento sin que sea de pago como casi todo Oporto. Pero también puedes llegar en taxi, metro (parada Casa da Música) y bus.