Praga es una ciudad genial para una escapada de pocos días. Nosotros estuvimos allí poco pero nos dio tiempo a visitar sus grandes atracciones turísticas y callejear mucho gracias a una de sus grandes virtudes: su pequeño tamaño. Con menos de 2 millones de habitantes casi todas las cosas imprescindibles de Praga están en unos 3km cuadrados y a poco más de 20 minutos andando entre sí: el castillo de Praga y su catedral, el barrio judío, el museo de Kafka, la Torre de la Pólvora, la Plaza de la República o la Avenida de Wenceslao se pueden visitar andando entre ellas sin que se haga tedioso.
Estuvimos en la capital de la República Checa dos días completos divididos en tres jornadas, llegamos un lunes por la tarde-noche y nos fuimos el miércoles a media tarde así que nos planificamos lo que queríamos ver y cumplimos. Como cualquier capital con historia (esta fue fundada en el S. IX) recorrerla en dos días es posible pero si queremos conocerla mejor hará falta bastante más.

El memorial a Kafka es muy kafkiano
Una visita al centro turístico de Praga
Como hemos avanzado, llegamos a Praga el lunes 22 de Agosto a las 19h, entre pitos y flautas casi no quedaba luz para visitarla. Así que fuimos rápidamente al Eurostar Hotel Thalia de Praga donde nos recibió Javier Chamoso y además de contarnos un poco la historia del hotel nos acompañó hasta la habitación para mostrarnos el recibimiento que nos tenían preparado. Aprovechamos para preguntarle dónde probar comida típica de la República Checa y algunos tips para disfrutar más de la ciudad. La verdad es que nos podríamos acostumbrar a ser tratados tan bien como nos trató Javier. ¡Hasta nos regaló una taza antes de irnos!
El hotel es bastante céntrico así que cuando estuvimos instalados (aunque ya de noche) nos fuimos a dar una vuelta pasando por la Plaza de Wenceslao, vimos la Torre de la Pólvora, cruzamos la Plaza de La República hasta el Kafka Memorial, luego bajamos a la Plaza de la Ciudad Vieja donde está el famoso Reloj Astronómico y callejeamos hasta el Puente de Carlos para aprovechar y verlo iluminado por la noche, algo que recomendamos mucho. El recorrido era mas o menos circular y nos llevó como 1’5h sabiendo que paramos en cada sitio a hacer fotos y las típicas monadas que hacemos siempre.
Efectivamente, nos dio tiempo a ver un buen porcentaje de las cosas imprescindibles de Praga en una hora y media (algunas de las cuales volvimos a visitar ya de día). La verdad es que esta mini-ruta solo habría sido mejor parando en algun Beer Museum (o pub/cervecería, aunque allí los llaman así) a tomar alguna cerveza típica de allí. Como cuando pasábamos cerca de alguno no nos terminaban de convencer y ninguno somos demasiado cerveceros pues a otra cosa.
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El reloj astronómico de Praga es especialmente impresionante porque se construyó entre 1410 y 1490 (dos años antes del descubrimiento de América) y además de dar las 24h del día, también indica la posición del sol (incluyendo los equinocios de verano) y la luna (incluso sus fases), el color del cielo (día/noche), también incluye dos calendarios romano y zodiacal y en general un montón de formas de representar el tiempo. Además, cada hora varias figuras animadas realizan una serie de movimientos representando a distintos santos y pecados (vanidad, avaricia, muerte y lujuria). Todo ello teniendo en cuenta que es completamente mecánico, no hay nada digital ni electricidad que lo haga funcionar. Cuenta la leyenda que cuando el relojero lo terminó las autoridades de Praga le quitaron los ojos para que no pudiera hacer otro igual de bonito.
El puente de Carlos
El Puente de Carlos es el monumento más famoso de Praga (junto con su castillo y las sinagogas) y comunica la zona de Ciudad Vieja (Staré Město) con la Ciudad Pequeña (Malá Strana). Carlos I de Bohemia y IV de Alemania, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y rey de Bohemia puso la primera piedra en 1357 y se terminó a principios del siglo XV. En sus 516 metros de largo, 10 metros de ancho y con 16 arcos es un puente con un trabajo de piedra muy cuidado y a sus lados 30 estatuas barrocas instaladas entre 1683 y 1870 acompañan al visitante mientras lo cruza. Las actuales son réplicas ya que las originales están en el Museo Nacional.
En algún momento fue un punto económico muy importante de la ciudad, no en vano lo protegen tres torres y por su pavimento se movían muchas mercancías ya que era la única forma de cruzar el río en Praga y una verdadera unión entre la Europa Occidental y Oriental. Hoy en día es un punto puramente turístico, está cerrado al tráfico y siempre absolutamente lleno de gente.

Puente de Carlos desde el castillo
Visitar el Castillo de Praga
Descansados del viaje y tras un buen desayuno, en el hotel nos recomendaron ir al Castillo de Praga por la mañana y hasta nos regalaron unos tickets para ir allí en bus. Así que cogimos el bus y nos plantamos allí.
TIP: Hay que llegar muy pronto, nosotros llegamos a las 11, se montan unas colas del copón y revisan cada mochila así que ojo con lo que lleves dentro y que pueda ser decomisado (navajas y similares).
Entramos por la puerta que hay en el norte junto a la parada de Pražský hrad (que también es parada de tranvía), una vez dentro del castillo cruzando algunas puertas y puentes, viendo ceremonias de cambios de armas hasta que nos topamos con la Catedral de Praga, hay que comprar la entrada a la catedral y algunos puntos principales del castillo, otros son gratis y libres para visitar, puedes comprar los tickets donde lo hacen todos con una cola del copón o puedes hacerlo en la entrada a la Pinacoteca del Castillo de Praga, es un buen truco porque no hay cola y está justo al lado de la puerta de Información donde todo el mundo los compra.

Entrando al Castillo de Praga
En el complejo hay 10 puntos importantes y bien marcados que te mantienen ocupado hasta bien entrada la tarde. Nosotros compramos entrada para el Prague Castle – Circuit A por 350 coronas y también el extra para el punto 10, que se compra por 70 coronas más. Nos quedamos sin ver la pinacoteca del castillo de Praga (punto 6) y los Tesoros de la Catedral (punto 4), una expo de joyas y cosas de alta cuna (punto 9).

Mapa del Castillo de Praga
Realmente la entrada al recinto del castillo es gratuita, tras pasar los controles de seguridad nada te impide pasear por las plazas y por fuera de los edificios pero si quieres entrar a cualquiera de ellos tendrás que haber comprado el ticket.
- I Old Royal Palace – Lo que queda del antiguo castillo real, un paseo impresionante por las estancias utilizadas por la realeza.
- II The Story of the Prague Castle – Una visita por varias estancias del castillo con la historia completa sobre cómo fue creciendo todo el complejo hasta llegar a ser lo que es hoy.
- III St. George’s Basilica – Una pequeña iglesia donde se pueden ver bastantes sepulturas de reinas y consortes, también hay una colección de vasijas y arte de Bohemia y allí se guardan los restos de Santa Ludmila de Bohemia, asesinada con su propio velo y patrona de Bohemia y de la República Checa.
- IV The Treasury of St. Vitus Cathedral – Por 250CK extra puedes ver los tesoros de la Catedral. Nosotros no entramos pero son básicamente un montón de piezas de gran valor con motivos religiosos y dinásticos.
- Estancias en el Castillo de Praga
- Basilica en el Castillo de Praga
- Catedral del Castillo de Praga
- V Golden Lane – Una de las zonas más entretenidas del castillo es esta calle donde encontramos la antigua Casa de Kafka, tiendas y establecimientos básicos, el pasadizo de las armaduras y varias zonas de tortura donde podemos ver un montón de enseres destinados a hacer sufrir. Esta calle fue muy importante en su momento y en ella se puede ver cómo era la vida de un habitante medio del castillo.

#VelociraptorAttack en el Golden Lane de Praga
- Pasillo de las Armaduras
- Sala de Torturas
- Torturas en el Castillo de Praga

Taberna en el Golden Lane
- VI The Picture Gallery at Prague Castle – Por 100CK extra puedes visitar esta colección de cuadros y arte de toda Europa de entre el S.XV y el S.XVIII.
- VII Powder Tower – Mihulka – Una de las torres que forman parte de la muralla del castillo, ahora se utiliza como museo de vestuario y armamento militar actual y de época. No vale la pena estar allí más de 10 minutos.
- VIII St. Vitus Cathedral – La Catedral de Praga, impresionante como todas las catedrales.
- IX Rosenberg Palace – Abierto solo hasta las 17h, no nos dio tiempo a entrar pero es un palacio y se pueden ver sus estancias amuebladas.
- X Great South Tower of the Cathedral – Subimos a la Torre de la Catedral por 70 coronas y tras 286 escalones valió la pena. Llegas arriba sin aliento pero las vistas son impresionantes.

#VelociraptorAttack desde los cielos de Praga
El muro de John Lennon en Praga
Sobre las 18-19h salimos del Castillo de Praga por los Jardines Reales del Sur y recorrimos el barrio de Malá Strana, callejeando hasta el famoso Muro de John Lennon, toda una creación espontánea de arte que se dio al morir el famoso Beatle y que a día de hoy aún sigue creciendo gracias a que siempre hay pintura disponible para que cada uno deje su mensaje.
Tampoco faltaba un músico tocando canciones de Lennon, los Beatles y contemporáneas. Mis monedas (Carballo) se las ganó tras tocar algo de Muse.
Ver una obra de Black Light Theatre o Teatro Negro
Seguimos callejeando hasta encontrarnos con la ubicación del Museo de Kafka aunque no entramos porque nuestra siguiente parada fue el IMAGE BLACK LIGHT THEATRE a ver la obra Deja Vú. El Black Light Theatre es un tipo de teatro típico de la ciudad (aunque sus orígenes son japoneses) en la que se juega mucho con las luces, los colores fluorescentes y las sombras creando un aspecto visual muy chulo.
Pilar subió al escenario durante la función ya que en algunas escenas piden colaboradores y Carballo también se atrevió a subir cuando al terminar piden ayuda al público para desvelar “el truco”. Nos contaron que este es uno de los pocos teatros que lo desvela además de ser la primera compañía que empezó con estas representaciones en Praga allá por 1989.
Kolkovna Olympia para comer o cenar en Praga
Después del Black Light Theatre nos fuimos a cenar en el restaurante/pub Kolkovna Olympia que nos recomendó Javier en el hotel para probar comida típica de Praga y probamos el Pilsen goulash y las Patas de Ganso. Dos platos checos que entraron increíblemente bien y luego nos fuimos a dormir dando un pequeño paseo de vuelta al hotel.
Visitar el Museo de Kafka
Nos levantamos mas o menos temprano y fuimos al Museo de Kafka pasando por la calle
.Si no eres ultra fan de Kafka el museo no vale demasiado la pena. La estatua móvil que hay fuera es curiosa pero el interior cuenta la poco emocionante vida del escritor sin ningún elemento ¡WOW! así que sales un poco defraudado. Es mucho más curioso ver la casa de Kafka en el Castillo de Praga, por ejemplo.
Viendo al Niño Jesús de Praga
Cerca del museo está el Niño Jesús de Praga, no es que tuvieramos especial ilusión por verlo pero ¡qué demonios! hay que hacer todos los cheks turísticos que tengamos a mano. Así que fuimos a ver la figura de Jesús cuando era niño que está en la Kostel Panny Marie Vítězné, básicamente es una iglesia mas o menos normal donde tienen esta figura y una zona aledaña donde guardan centenares de trajes para la figura. Trajes regionales y cosas así. Igual que el Museo de Kafka, es curioso pero no impresionante. Al parecer su mayor logro ha sido que la orden de las Carmelitas le atribuyen milagros y por eso ha recibido un montón de distinciones. Hay réplicas en Burgos y en Tenerife, así que no hace falta irse tan lejos a verla…
- Entrada a la Iglesia
- Ahí en medio está el Niño Jesús de Praga
- La zona donde se exhiben sus trajecitos
Tras el Niño Jesús de Praga buscamos el Museo del Comunismo por curiosidad y al encontrarlo estaba cerrado. Así que hicimos un recorrido similar al de la noche en la que llegamos pero por la mañana. Cruzamos el puente de Carlos, pasamos por la Plaza de la Ciudad Vieja, vimos el reloj astronómico, el Monumento a Kafka y llegamos al Barrio Judío de Praga a media mañana.
Las sinagogas del barrio judío o Josefov
En el barrio de Josefov hay seis sinagogas debido a que en Praga hubo una enorme población judía. En estas sinagogas aún hay culto pero se pueden visitar casi a cualquier hora. Además, en ellas se puede comprar entradas para visitarlas todas y también hay tiendas de souvenirs. Cada una tiene un estilo y en muchos sitios nos recomendaron visitar especialmente la Sinagoga Española, nombrada así porque su decoración está muy inspirada en la Alhambra.

Techo de la Sinagoga Española de Praga
Además, se puede visitar la Sinagoga Pinkas (con su homenaje a las víctimas del holocausto y su famoso cementerio), la Sinagoga Maisel, la Klaus, la sinagoga Alta y la Viejo-Nueva. Cada una tiene sus propios motivos para ser visitada y están muy cerca entre ellas. Nosotros pasamos más tiempo en la Española que en ninguna otra, aunque a decir verdad no son realmente impresionantes. Un detalle curioso es que con la entrada puedes llevarte un kipá.
Por otro lado, en todas ellas hay recuerdos y distintas formas de rememorar la persecución de los judíos por parte de los nazis. Algunos de los objetos que se exponen son muy interesantes y históricos pero hay otras vitrinas en los que parecen forzar demasiado eso de haber sido perseguidos, la verdad.
La plaza de Wenceslao
Cuando nos cansamos de ver las sinagogas (no vimos las seis) nos fuimos hacia la Plaza de Wenceslao para comer. Por allí hay un montón de sitios de comida rápida y también restaurantes y bares más normales. Esta plaza es en realidad una enorme avenida casi toda peatonal y muy céntrica. La recorrimos entera viendo la genial arquitectura de alguno de sus edificios hasta llegar al Museo Nacional. Esta plaza es un punto histórico ya que en noviembre de 1989 una manifestación contra la brutalidad policial fue el punto de partida de la Revolución del Terciopelo que terminó con la caída del comunismo en la entonces Checoslovaquia. Esta revolución se inició una semana después de la caída del Muro de Berlín…
Y de la plaza de Wenceslao fuimos viendo pequeños parques y avenidas de vuelta al río Moldava para encontrarnos con la Casa Danzante de Praga.
Las Casa Danzante de Praga
La historia de la Casa Danzante de Praga es curiosa porque sale en todas las guías turísticas como algo imprescindible de ver y te esperas algo fuera de lo normal, la verdad. Sin embargo una vez allí es necesario tener un poco de contexto. Diseñada en 1992 por el arquitecto Vlado Milunić, fue terminada en 1996 en medio de una enorme polémica por ser demasiado moderna para casar con la arquitectura barroca, gótica y Art Nouveau que la rodea. Y claro, en su momento este edificio era todo un avance arquitectónico.
La peculiaridad de este edificio de ocho plantas junto al puente Jiráskův es que por fuera parecen ser dos edificios distintos cuyas formas se contonean dando una sensación de movimiento. No se mueven, pero esa liquidez en las fachadas es extraña de ver. También es verdad que en 1996 aquello sería mucho más impactante que hoy en día, en el que cualquier web de curiosidades ha recopilado edificios extraños del mundo.
Un paseo en Taxi hasta la Estación de Tren de Praga
Nuestro tren salía a las 18:30 desde la estación así que a eso de las 17h nos fuimos al hotel a por nuestros bártulos (y recibir la taza de despedida de su director), dejamos una nota de agradecimiento y una foto (hay que ser agradecido con quien te trata bien y ellos nos trataron genial) y cogimos un taxi hasta la Estación de Tren de Praga.
Ya nos habían comentado que los taxistas suelen querer ser demasiado listos y dan vueltas locas a los turistas así que abrimos el GPS y no tuvimos reparo en insistirle en que nuestro móvil indicaba que debía haber tomado tal o cual calle y se había pasado. Tras no menos de tres intentos encaró la estación. No tengáis ningún reparo en echarle en cara al taxista que os está dando mucha vuelta como él tampoco se le arruga el morro para pasar de vosotros y pasearos por la ciudad fingiendo que os la está enseñando…
- Mirad, eso es la Opera
- Ya, pero tenemos prisa y queremos que vaya a la estación ya
- Si si, y aquello de allá es una casa de 1823…
- Aja, le voy a hacer una foto a su número de licencia por si pierdo el tren ¿ok?
Situada en medio de la avenida Wilsonova esta estación es un poco rara porque desde la calle donde te deja el taxi da la sensación de ser una estación subterránea. Os aconsejamos llegar con tiempo porque lógicamente todos los carteles están en checo y no demasiada gente habla inglés, nosotros tuvimos la enorme suerte de encontrar a un español que nos dio indicaciones y en cuanto tuvimos vía nos subimos al tren… Y las seis horas de tren Praga – Berlin tienen su propia historia que contaremos en otro post.
¡Bye bye Praga! Lo pasamos genial en esta visita express, una ciudad digna de una buena escapada europea de fin de semana. ¡Si pasamos cerca nos aseguraremos de volver!