Visitar Mánchester es sinónimo de fútbol, cultura ‘underground’, reivincicaciones sindicales y sociales y aires industriales. En 48h nos quedamos (creemos) con lo mejor de una ciudad con mucha importancia en la historia de Gran Bretaña. Nuestra visita coincidió con el nuevo año chino, un momento muy pintoresco especialmente en Inglaterra especialmente en esta ciudad, con un barrio chino muy marcado.
Qué ver dos días en Mánchester
En este artículo os contaremos algunas de las cosas que vimos cuando pasamos un fin de semana en Mánchester. Llevamos el viernes por la noche y nos fuimos el domingo a media tarde y aunque descartamos algunas cosas por pereza o porque nos apeteció pasear por otros lados, todo lo que os contamos es perfectamente visitable en 48h. Incluso más si os animáis a madrugar (muy recomendable teniendo en cuenta que demasiadas cosas cierran a las 17h). Mánchester a pesar de ser mundialmente famosa es una ciudad mediana, con 500.000 habitantes y llana por lo que recorrerla a pie no es un problema.
Fútbol, fútbol, y más fútbol.
Si Inglaterra es la cuna del fútbol, Mánchester es un referente del deporte rey a nivel mundial con dos equipos de primer nivel que llevan el nombre la ciudad por medio mundo: el Manchester City y el Manchester United. Además de albergar el National Football Museum que, salvo que seas un fanático del fútbol inglés es muy omitible en tu estancia en Mánchester. Está en pleno centro de la ciudad, junto a los jardines de la Catedral de Mánchester y cuenta con una recopilación amplia de camisetas de equipos de jugadores que han hecho historia, cromos, fotografías y zonas interactivas. También tiene una zona interactiva para que lances un penalti o retransmitas un partido junto con otro presentador. Todo distribuido en 4 piso. Nosotros entramos con toda la ilusión y salimos decepcionados, la verdad. Además desde enero de 2019 el precio adulto es de £10, antes era gratis.
Posiblemente sea más emocionante visitar Old Trafford, el famoso estadio del Manchester United y hogar de un reguero de iconos y mitos del fútbol. Ferguson, Cristiano Ronaldo, Wayne Rooney, George Best, Ruud Van Nistelrooy, Gary Neville.., no son pocos los mitos del fútbol que han pasado por allí. Este coliseo del futbol tiene un tour de 1h en el estadio, con opción de bajar al césped y sentarte en el banquillo. La única pega es que se encuentra a las afueras y por lo que leímos los tours se hacen casi corriendo porque hay muchos y se disfrutan más bien poco. Nos recomendaron mirarlo con tiempo y comprarlo online antes de ir al final decidimos pasar porque nos ocupaba demasiado tiempo que preferimos invertir en otras cosas. Se puede llegar en tranvía desde Manchester Picadilly Station, que aproximadamente son 30 min de ida y otros 30 de vuelta.
El Estadio Ciudad de Mánchester o Ethiad Stadium donde juega el Manchester City está mucho más cerca del centro que Old Trafford. Pero aunque ahora esté entre los mejores equipos de Europa para los menos futboleros tiene menos solera que el United, para que engañarnos. De todas formas y aunque los tours por los estadios no os interesen sí es buena idea investigar si el Manchester United o el Manchester City tienen partido “en casa”. Nosotros lo miramos pero el United jugaba fuera y el City jugaba el domingo por la noche a la hora que teníamos el avión de vuelta.
Cultura non stop
En esta ciudad hay por igual un aire pijo con sitios sofisticados, como un lado más alternativo, underground y nostálgico con garitos de los 80s o 90s. Visitar Mánchester es todo un repaso intenso a la historia más reciente tanto en movimientos sociales como en culturales.
Música, arte urbano y gastronomía
La cultura musical marca esta ciudad. El legado musical de Mánchester es gigantesco, tal vez no tan notorio como el que le damos a Liverpool o a Los Ángeles, pero igualmente importante. Salas y garitos como The Haçienda (hoy un bloque de apartamentos)donde Madonna actuó por primera vez en Reino Unido en 1984, o Broadwalk, donde se escuchó por primera vez a Oasis con no más de 20 personas de público (al menos eso se cuenta). La mejor referencia visual para saber lo que fue Mánchester en el terreno musical es la película ‘24 hour people party‘.
En cuanto sales del centro aparecen multitud de edificios con un aire industrial muy inglés que dependiendo del barrio se han convertido en viviendas, centros culturales o comunitarios. Muchos de ellos aprovechados para plasmar un arte urbano con una calidad que poco le envidia a Berlín.
La cultura artística tiene su hueco entre tanto diseño y producción industrial. Las antiguas fábricas de ladrillo rojizo que eran símbolo de la revolución industrial, los movimientos sindicalistas de los que en Mánchester están más que orgullosos, el ritmo de los trabajadores… ahora son los lienzos del arte urbano y reivindicativo del grafitti. En Cross Keys Street o Chadderton Street darás con auténticas obras de arte que perduran en el tiempo.
Y precisamente en la zona de Crosskey y Chadderton, cada vez tiene más peso la gastronomía que trata de salirse del típico fish and chips inglés. Si hay un sitio por el que sí o sí tienes que dejarte caer es Mackie Mayor. Un edificio prácticamente intacto donde estaba el antiguo mercado de Smithfield. En sus orígenes fue un mercado de productos frescos y hoy es un espacio gastronómico con una gran variedad de oferta donde desayunar, tomar un brunch o cenar. Es un must de calidad y perfecto para probar platos ingleses, no tan ingleses y bebidas (hay cientos de cervezas!).
Al entrar verás dos niveles, pilla sitio donde puedas. En la parte central hay mesas comunitarias, totalmente equipadas con cubiertos, vasos, servilletas, jarras de agua…y alrededor todos los puestos con toto tipo de opciones. ¡Elige, acércate, pide y disfruta! No tienes que esperar a que te den la comida ni recoger al finalizar ya que hay personal que se encarga de que todo este recogido y limpio.
Conocimiento y sabiduría: Las mejores bibliotecas de Mánchester
Si de conocimiento y arte hablamos, la joya para visitar Mánchester para nosotros fue la Biblioteca John Ryland. Con más de 100 años de historia a sus espaldas, se abre hueco majestuosamente con su arte neogótico entre edificios modernos. Enriqueta Rynald construyó este edificio en honor a su difunto marido John Rynald, un empresario textil considerado uno de los primeros multimillonarios de la Revolución Industrial en el S. XIX. Más de 10 años tardaron en construirlo. El marido realizaba una importante labor filantrópica, a la que ella (su tercera esposa) dio continuidad.
El acceso a la Biblioteca John Rynald se sitúa en el lado izquierdo a través de un edificio acristalado y la entrada es gratuita (tan solo ten en cuenta que cierra a las 5pm). En cuanto llegues lo reconocerás por la cola que hay para entrar. Y creenos que una vez entras, si nos dijeran que estamos dentro de una iglesia no lo pondríamos en duda.
El edificio tiene dos pisos. En la planta baja hay varias salas que guardan grandes volúmenes de libros (en tamaño y calidad, algunos son auténticas reliquias). Y conforme avanzas por los pasillos, inevitablemente pensarás en Harry Potter porque si hay un sitio real que parezca el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, es este. Por una escalera monumental de piedra se accede a la planta superior donde se encuentra la gran sala de lectura. Esta sala es toda una joya. Primero por las vidrieras, techos altísimos y grandes detalles arquitectónicos; y segundo porque de un lado de la nave central preside la estatua de John Rynald y del otro la de Enriqueta Rynald. Mientras que a los lados no es extraño ver mini salas de lectura con estudiantes leyendo, consultando y trabajando en sus cosas.
Con el trasiego de turistas, poco silencio encuentran pero se compensa con el peso histórico de la biblioteca.
La biblioteca John Ryland perfectamente podría ser un sitio para turistas o gente que necesita consultar volúmenes muy específicos. Pero no, resulta que los jóvenes de Mánchester la aprovechan para estudiar como si no estuvieran en una de las bibliotecas más impresionantes del mundo. Y eso es genial.
La segunda biblioteca que no puedes perderte te la encontrarás simplemente paseando por el centro de la ciudad: la Biblioteca Central de Mánchester. Un edificio redondo e impoluto, cerca del Ayuntamiento. Te llamará la atención porque parece más un edificio clásico característico de Italia o Grecia antes que uno inglés. De hecho, hay muchas referencias a que está inspirado en el Panteón de Roma.
El acceso a esta biblioteca es gratuito, por lo que darse un paseo entre las instalaciones y los pisos está bien. De las estancias que más nos llamaron la atención la principal es la sala central, justo bajo la cúpula. La iluminación en general es oscura y los pupitres iluminados con lámparas y fluoresentes son los protagonistas ya que es una biblioteca muy utilizada por estudiantes y muy concurrida por los actos que organiza. Nuevamente solo debes tener en cuenta que cierre a las 5pm (y son muy estrictos con eso, lo sabemos porque casi no entramos al llegar demasiado justos).
Pasado y presente industrial al visitar Mánchester
La Revolución Industrial empezó en Mánchester
La historia de Mánchester está unida a la industria del algodón y el carbón. Precisamente lo que supuso la revolución industrial para los ciudadanos de esta ciudad, la economía inglesa, el paisaje, la polución y medio ambiente marca el presente de esta ciudad. Las primeras fábricas, llamadas Mills, atrajeron tanto a personas del mundo rural como a inmigrantes. El algodón que entraba por el puerto de Liverpool llegaba a Manchester a través del barco. Hasta que llego la locomotora y la opción de usar River Irwell quedó relegada. Algo con lo que ganó la zona de Castlefield ya que en la época los molinos y canales solo movían agua sucia procedente de la industria textil. Hoy esta zona se ha reconvertido con jardines y zonas verdes y merece la pena pasear por ella.
Si hay un museo actual que vimos como referente, es el Museo de Ciencia e Industria (Museum of Science and Industry), situado en la primera estación de tren del mundo. Tiene la mayor colección de máquinas de vapor y una sala de exposición con maquinaría de la industria textil. El personal del museo hace que la visita sea experiencial explicando la historia de la ciudad mediante el manejo y funcionamiento de maquinaria asociada a la industria textil (producción y procesamiento de algodón). Las explicaciones son en inglés pero muy sencillo y dinámico de entender. Enfrente del edificio tienen una especie de hangar con vehículos y aeroplanos antiguos. Cuando fuimos esa parte estaba cerrada por obras pero seguro que no defrauda si la pillas abierta al público.
Mánchester fue el centro de muchos movimientos sociales y obreros. Y está orgullosa de ello.
Visitar Mánchester obliga a otra parada: el Museo de la humanidad (People’s History Museum) dedicado a la clase obrera. Uno de los puntos de arranque de la visita es un acontecimiento que marcó Manchester (en 1819). Una masacré en la Plaza de St. Peter’s Field, dando lugar a ‘Peterloo‘, cuando la caballería cargó contra una multitud reunida y manifestándose por una reforma en la representación parlamentaria. Centenares de heridos y 15 muertos (entre ellos niños) fue el resultado.
El Museo de la humanidad (People’s History Museum) de Mánchester hace un repaso a todo tipo de reivindicaciones sociales y políticas, quizás demasiado centrado en las inglesas (teniendo ese nombre) aunque tampoco es algo que se le pueda echar en cara. Mánchester aún se siente como una ciudad industrial y los movimientos obreros son parte de su ADN, tanto que la abeja obrera es omnipresente por toda la ciudad.
Entre sus salas nos topamos con elementos que aluden al sufragio universal, el sindicalismo, la abolición al trabajo infantil, periodos de lucha y derechos adquiridos con el tiempo, Churchill, Margaret Thatcher, banderas y pancartas reivindicativas… Incluso hay referencias a España entre las estanterías, sobre todo con motivos anti-fascistas ya que desde los movimientos obreros y sindicalistas ingleses se trató de ayudar en la Guerra Civil y la posguerra española en la lucha contra el fascismo.
Tolerancia y convivencia
Mánchester es una ciudad multicultural y sus barrios dan buena cuenta de ello. Distritos gay-friendly, barrio chino, barrios orgullosamente obreros, zonas industrializadas, barrios hipsters… La mezcla es genial y muy acogedora para el visitante. Al visitar Mánchester te das cuenta de la mezcla cultural de la ciudad. Británicos, chinos, coreanos… y de la cantidad de espacios o monumentos que promueven la concordia.
Uno de ellos es el dedicado a la memoria de Alan Turing: matemático británico y uno de los padres de la computación. Durante la segunda guerra mundial consiguió descifrar la máquina enigma que cifraba los mensajes nazis y cuyo funcionamiento fue un verdadero dolor de cabeza para los aliados. Los historiadores dicen que sin el trabajo de Turing probablemente la guerra habría durado mucho más. Su importancia histórica es tal que hasta la Reina Isabel II de Inglaterra le pidió perdón póstumamente porque en 1952 fué condenado a la castración química por homosexual y se suicidó en 1954. En Sackville Park, entre la Universidad de Mánchester y el barrio gay por Canal Street, está la estatua.
Carballo decidió ponerle al día en los avances tecnológicos actuales ya que este señor fue quien inventó la computación, qué menos que enseñarle hasta dónde habían llegado sus desarrollos. Aunque intuyo que más de un selfie se habrán hecho con él.
En el centro de esa plaza verás una abeja, una abeja obrera, símbolo por excelencia de la ciudad. Simboliza el trabajo duro y el pasado industrial de la ciudad. Un símbolo tan simple como efectivo y que está tremendamente enraizado en Mánchester. La utilizan para todo y vas a ver abejas por toda la ciudad en los lugares más insospechados.
El barrio chino de Mánchester dicen que es uno de los más grandes en Reino Unido. Situado cerca del centro, te darás cuenta que has caído en él no solo por los establecimientos y los carteles en chino sino por un arco gigante (Paifang) con siluetas de dragones, fénix y elementos coloridos de la cultura asiática (Mucho que envidiar la que vimos en San Francisco). Que no deja de ser la típica puerta de la arquitectura china. Y nosotros tuvimos la suerte de visitar Mánchester coincidiendo con el Año Nuevo Chino. Todo un acontecimiento con bailes, dragones y actuaciones que salen por las calles. De hecho en la plaza del ayuntamiento tenían espectáculos en vivo y foodtrucks para probar la comida china.
Datos de interés para visitar Mánchester
- Alojamiento: Nosotros nos quedamos en el Ibis Style Portland Hotel. Es un sitio muy céntrico y próximo a la principal estación de trenes que conecta con el aeropuerto. Pequeño, acogedor, limpio y económico.
- Transporte: Del aeropuerto a la ciudad hay trenes lanzadera con los que llegar en poco tiempo (precio de ida: £5.40). Dentro de la ciudad, salvo para moverte hasta Old Trafford o visitar alguna ciudad de al rededor, puedes optar por caminar. Para que te hagas una idea, Mánchester tiene unos 500.000 habitantes (comparable a Zaragoza, Málaga o Murcia) por lo que todo está relativamente cerca y es facil recorrerla a pie, además es llana. Si el tiempo inglés no acompaña, que debe ser lo habitual, la ciudad cuenta con tranvía, bus y metro.
- Comer en Mánchester no es barato pero hay muchos pubs, burgers y cadenas de comida rápida. Imprescindible una cerveza en Sinclairs Oyster Bar. Y si buscas un café calentito, dale una oportunidad a la cadena de cafetería Caffè Nero, muy similar a Starbucks.
- El tiempo es un factor clave. Antes de hacer la maleta asegúrate bien de la previsión y aunque diga que soleado: Coje paraguas y chubasquero.